Quien todavía crea que los cómics son cosa de niños debería acercarse a la obra de Frederik Peeters; concretamente a 'Lupus' (que es lo último de este autor que he leído, aunque su autobiográfico 'Píldoras Azules' tampoco es que se quede corto en cuanto a riqueza de contenido).
'Lupus', como ya digo, es un cómic (de/por/para) adulto(s), maduro, reflexivo, de una poderosa narrativa gráfica y una profundidad simbólica que exige más de una lectura -de la que cada cual puede extraer sus propias conclusiones- para abarcar todo su significado. Y es que en esta road-movie espacial de 400 páginas (y dividida en cuatro tomos) nada es lo que, aparentemente, parece ser.
'Lupus', como ya digo, es un cómic (de/por/para) adulto(s), maduro, reflexivo, de una poderosa narrativa gráfica y una profundidad simbólica que exige más de una lectura -de la que cada cual puede extraer sus propias conclusiones- para abarcar todo su significado. Y es que en esta road-movie espacial de 400 páginas (y dividida en cuatro tomos) nada es lo que, aparentemente, parece ser. 
De momento -y llevo tres días desde que la comencé- he visto 10 de los 18 episodios, y puedo asegurar que no ha habido ni un solo episodio malo; ni siquiera mediocre. Todos mantienen un excelente nivel. Es una lástima que algo de semejante calibre se cancelase tan pronto.
Semejante premisa, cómo no, sólo se le podía ocurrir al incansable Takashi Miike (suele rodar entre tres y cuatro films al año), un japo por cuya obra no siento demasiado aprecio. Hace un tiempo vi "Audition" e "Itchi the Killer", y al margen del gozo que me causaron sus excesivas secuencias de gore pasado de rosca, ambas me parecieron un tostón insoportable; una constante que vuelve a hacer acto de presencia en "Sukiyaki Western Django", imaginativo título que si por algo recordaré será por la aparición (secundaria) de Quentin Tarantino y ese Monte Fuji de cartón-piedra que decora una escena.
Lleva meses siendo uno de los cómics que más está dando que hablar en Norteamérica, y aún así sigue todavía sin publicarse en nuestro país. Supongo (y espero) que tendremos que esperar a que se acerque la fecha de estreno del film que lo adapta para que lo tengamos en nuestras estanterías de una vez.
"Kick-Ass" es una serie escrita y dibujada respectivamente por Mark Millar y John Romita Jr., que cuenta las peripecias de un chaval tímido y retraído que un buen día decide convertirse en superhéroe. Nada nuevo si no fuera por el protagonista, un chaval normal y corriente, sin poderes ni habilidades especiales, que recibe más hostias de las que reparte, y por una pareja de justicieros formada por un padre y su hija pequeña a quienes gusta combatir el crimen haciendo un uso extremado de la fuerza.
Como sabrás, Rob Zombie debutó en la animación dirigiendo un fragmento del film "Beavis & Butt-Head do America" (1996) -concretamente la escena del cuelgue de peyote en el desierto-, por lo que la adaptación al cartoon de El Superbeasto no le pilla de nuevas. Sin embargo, este 'The Haunted World of El Superbeasto' me ha dejado un tanto frío. El atracón de referencias ajenas está garantizado, eso sí (demasiadas para enumerarlas aquí; hace falta una libreta para apuntarlas todas), pero la historia no engancha demasiado. Quizás el hecho de haberla visto en versión original (no circula ninguna versión doblada a nuestro idioma) y con subtítulos en inglés ha provocado que me pierda chistes y detalles; aún así, seguramente le daré una oportunidad a la segunda parte de la saga (anunciada en los créditos finales): "The Man with the Golden Thunderballs" (glorioso título, por cierto).
